Bucarest Art Gallery

Bonheur du jour o escritorio secretaire abatible francés Luis XVI

$1.300.000 CLP $910.000 CLP 30% descuento
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C1211

En caoba y palo rosa, con marquetería. Dos puertas laterales, dos compartimentos, tres cajones. Cubierta de escritorio abatible de cuero. Tacos y tiradores en bronce. Un cajón inferior, con tres bocallaves. 

Materialidad: Madera de caoba y palo rosa, cuero, bronce.

Medidas: 71 x 44 x 111 cms altura. Superficie escritorio: 44 x 47cms.

Origen: Francia.

Antigüedad: 1930-1950.

Estado: Excelente. 

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Pieza disponible en Tienda Lo Barnechea

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Todas las antigüedades tienen detalles propios de su edad, que las hacen únicas y distinguibles

El Tocador: sofisticación para la femeneidad

El peinador, tocador o coiffeuse es un mueble de gran elegancia y funcionalidad diseñado para satisfacer las necesidades de aseo y belleza personal. A través de los siglos, este mueble ha evolucionado para convertirse en un elemento esencial en el mundo del mobiliario.

Los primeros tocadores surgieron en el último tercio del siglo XVI. Se presentaban como mesas con uno o varios cajones debajo del tablero y compartimentos en los extremos para guardar diversos artículos de tocador, como pomos, cajas de peines, bandejas y azafates. Encima del tablero, se colocaban espejos independientes en forma de atril. Este diseño perduró en los siglos XVIII y XIX y recibió el nombre de "toilette à la Pompadour" en el siglo XIX en honor a Madame de Pompadour, influyente figura de la corte de Luis XV de Francia.

En el siglo XVII en Francia, el término "toilette" se refería a una pieza de tela en la que se guardaban objetos de uso personal. Con el tiempo, se convirtió en la tela o telas que se extendían sobre el tocador. Las versiones renacentistas y barrocas de estos tocadores se montaban sobre un pie alto que, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, se hacía a juego con el mueble. Algunos de estos tocadores eran lujosos y elaborados.

A finales del siglo XVII, los tocadores evolucionaron con la incorporación de cajones, compartimentos y espejos en la estructura. Algunos presentaban un tablero dividido en dos alas que se abrían hacia los lados, mientras que otros tenían un tablero dividido en tres partes, con la sección central que se levantaba hacia atrás para revelar un espejo en su interior. Algunas variantes incluso incluían una tableta para escribir.

En el siglo XVIII, los tocadores con tableros de mármol y espejos verticales entre montantes, con inclinación regulable, se hicieron populares y se conocieron como "coiffeuse". Estos muebles no solo servían como estaciones de aseo y peinado, sino también como piezas elegantes de mobiliario. A menudo, se combinaban con otros muebles, como escritorios, mesillas de noche o bidets. María Antonieta incluso encargó un tocador que servía para múltiples propósitos, incluyendo comer y escribir de pie o sentado.

Los tocadores o coiffeuses representan una mezcla de elegancia, utilidad y estilo, convirtiéndose en elementos valiosos tanto desde una perspectiva estética como funcional en el mundo del mobiliario. A lo largo de los siglos, han seguido siendo símbolos de la belleza y la sofisticación.